Botch, Blotch y Splotch: El exuberante vorágine del movimiento artístico Cobra
By Andrew Bay, UK
Pocas escuelas artísticas de la época después de la Segunda Guerra Mundial se volvieron tan radicales como el movimiento CoBrA en su apogeo. Hasta 1946, cuando CoBrA llegó al frente, el Minimalismo seguía siendo el movimiento artístico dominante en Europa y Estados Unidos. Su tendencia general había sido convertir a los elementos sin nombre, multidimensionales e insustanciales del mundo artístico en igual de importantes que los materiales físicos de las obras. La idea principal se explica por sí misma: cuantas más capas se quiten, más cerca está uno del núcleo de la obra.
Los artistas de CoBrA fueron hombres y mujeres enfrentados a sus lienzos, promovidos por un deseo visceral de cambiar las sociedades y los entornos culturales de los que vienen, y consiguieron hacer justo eso de una forma de lo más interesante. Las convenciones y la sociedad en general de los Países Bajos no cambiaron mucho después de la Segunda Guerra Mundial de lo que eran antes del conflicto. Se optó por un esfuerzo silencioso, pero coordinado para volver a las tradiciones de los años 20 y 30. La perspectiva conservadora también dominaba la escena artística de la posguerra danesa y las formas anticuadas y pasadas de moda de la era anterior volvieron al poder. Pero tras las puertas cerradas, en las sombras y en las imaginaciones inquietas se estaban cultivando nuevos estilos, diseños e ideas.
El impacto de estos cambios societarios no llegaría a su máximo apogeo hasta principios de los años 60 y últimos de los 70. Pero los artistas y críticos a la vanguardia de este nuevo movimiento vieron que la ruptura con el pasado era inevitable a últimos de los años 40. Después de la guerra, el "nuevo arte" seguía entendiéndose como "arte moderno" y sus principales pilares fueron el arte abstracto y el surrealismo. Otras escuelas permanecieron visibles y muy valoradas, como el fauvismo, el expresionismo abstracto o el dadaísmo. Se consideraban que representaba la "pintura moderna." Por tanto, la urgencia por innovar y de separarse no podía retenerse más.
El primer artista Cobra que destaca de entre sus compañeros es Constant Nieuwenhuys. Nacido en Ámsterdam en 1920, estudió arte en París a mediados de los años 40. Después de volver a Ámsterdam en 1946, escribió él solo a mano el manifiesto que definió al movimiento CoBrA junto con su amigo, el pintor danés Asger Jorn. "CoBrA" es el acrónimo de Copenhague (de dónde viene Asger), Bruselas y Ámsterdam, las 3 principales ciudades del norte de Europa de dónde proceden la mayoría de los artistas que participaron en el movimiento. Nieuwenhuys y Jorn querían crear un "nuevo arte de pintar" y formular una reacción coordinada en contra de las élites culturales y políticas dominantes. Querían cuestionar y desafiar a las jerarquías establecidas y a los sistemas del poder que regulaban y controlaban el mundo artístico y los que decidían lo que era aceptable artísticamente en la época. A Nieuwenhuys y Jorn se les unieron rápidamente unos cuantos devotos igual de valientes y visionarios de la nueva causa: Karel Appel, Guillaume Cornelis Van Beverloo, alias Corneille y Jan Nieuwenhuys, el hermano de Constant. CoBrA fue un movimiento en el sentido de que tuvo un efecto dominó en las escenas artísticas danesas y escandinavas.
En 1948, muchos más artistas daneses se unieron o comenzaron sus propios movimientos y grupos. El Grupo Experimental, por ejemplo, estaba formado por Appel, Corneille y Constant, y los pintores Jan Nieuwenhuijs, Eugene Brands, Aton Rooskens y Aldo Van Eyck. Los poetas daneses Elburg y Lucebert no tardaron en unirse también al grupo.
La primera exposición internacional a gran escala de CoBrA tuvo lugar en noviembre de 1949 donde se alquilaron galerías en el museo Stedlijk. Fue algo pequeño, algo parecido a una cena de un club de pintores, pero los artistas contaban con el apoyo de Willem Sandberg, el propietario de la galería más importante de Ámsterdam: la noche del estreno estaba a la vuelta de la esquina. Al final resultó que la primera exhibición obtuvo un estatus legendario y se convirtió en una parte integral de la mitología del movimiento CoBrA. Elbur y Lucebert, los poetas, diseñaron una jaula cerrada en la que expusieron sus obras; los pintores (Nieuwenhuijs, Appel, Corneille, Theo Wolvecamp y Aldo Van Eyck) colgaron y ordenaron cuidadosamente sus lienzos. Pero para sorpresa de todos, el pintor belga Christian Dotremont dio en francés el discurso inaugural y los actos, quien desconocía la poesía en performance. Este malentendido derivó en una discusión entre los poetas y los pintores y aquella noche de inauguración se convirtió en una noche de anarquía y violencia.
Para alegría de Dotremont, que aún recuerda con cariño aquella noche, tantos años después: "Fue algo fantástico de ver, en las nuevas galerías del museo Stedelijk."
Pero el movimiento CoBrA pasó a tener una repercusión mucho mayor en la escena del mundo del arte de lo que cualquiera de sus miembros fundadores podría haberse imaginado. Estos artistas ponen punto final a las visiones y prácticas generales de la vieja guardia; trabajaron desde el espíritu del "artista contra el lienzo" y sin pensarlo demasiado, dejándose llevar. En las obras de Karel Appel en particular, se abandona el último puente que seguía conectando CoBrA con los minimalistas conceptuales. Ya no importa la elaboración técnica, sino la visualización de una idea, y la imaginación de Appel fluye con buenas ideas: Elephant (1950), Flower Clown (1978), Petite Fete (2006) son todos conceptos extraordinariamente buenos. Y de muchas maneras estos objetos encapsulan los valores de CoBrA porque no son ya esculturas. Podrían haber salido de cualquier parte. No tienen que instalarse en una pared o colocarse en el suelo o colgarse del techo. Se transforman en figuras arquitecturales libres en cualquier espacio.
El arte CoBrA se desarrolla a partir de formas. Formas sustanciales y exhaustivas, creadas para un lugar ya existente, conformadas pensando en un espacio duradero. Las formas grandes que coloca el arte CoBrA en un espacio son las formas ocultas de un interior estructural exterior. Dicho de otro modo, el arte CoBrA se enfrenta a los espacios que habita y ocupa. Como dijo una vez Sol LeWitt: "Creo que todos los artistas son místicos, hasta el punto de que hacen algo que nunca han hecho antes, y yo lo veo como un salto que da el artista a un espacio desconocido." Los artistas CoBrA estaban al frente del movimiento que alentó al mundo del arte a salir del museo. De muchas maneras, anticiparon el Land Art. Los museos habían empezado a reflejar una problemática hasta ahora totalmente imprevista: ¿las galerías seguían siendo un lugar relevante para exhibir arte? ¿Podría haber otro lugar en el que presentar arte al público? Almacenes abandonados, fábricas, edificios antiguos: estas fueron las nuevas ubicación en los que CoBrA fue pionero en las exposiciones al aire libre, adentrándose así en otro "tipo de espacio desconocido" y consolidando su imborrable huella en la historia del arte moderno.
Hay un par de artistas que deben mencionarse brevemente: Pierre Alechinsky es un arquitecto belga que nació en 1927.
Se unió al movimiento CoBrA en sus inicios bajo la influencia de Christian Dotremont y los hermanos Niuewenhuys en 1949. Se le recuerda principalmente por sus cuadros inspirados en la literatura fantástica, alegres y estéticamente placenteros, que reflejan naturalmente el espíritu libre de CoBrA. Junto con Asger Jorn, Bengt Lindstrom (n.1927 Berg, Suecia) fue otro representativo del colectivo escandinavo del movimiento CoBrA.
Empeñado en seguir el ejemplo de Jorn y Karel Appel, Lindstrom plasmó la mitología nórdica en extraordinarios lienzos escultóricos, poblados de dioses gigantes, figuras góticas y monstruos mágicos. Su obra más famosa es una colosal escultura en forma de Y instalada en el aeropuerto de Midlanda, en Sundsvall (Suecia), en 1995.