Eva Claessens: Una pasión inquebrantable por el arte y la figura humana
Por Nana Japaridze
Desde su apacible jardín en Uruguay, la artista belga Eva Claessens continúa una búsqueda artística que comenzó en su infancia. Reconocida internacionalmente por sus pinturas, esculturas y obras de técnica mixta, explora en cada pieza la delicada armonía entre la fuerza y la vulnerabilidad del cuerpo humano. A continuación, presentamos una versión editada de una conversación con Eva sobre su trayectoria, sus fuentes de inspiración y su visión creativa.
Breve biografía
Eva Claessens (nacida en 1971 en Bélgica) desarrolló desde muy pequeña la firme convicción de que su camino era el arte. Aunque sus padres le sugirieron que primero obtuviera un diploma, ella se mantuvo fiel a su pasión por la pintura. A los 18 años se mudó a Italia para estudiar en la Academia dell’Arte de Perugia y trabajar en el estudio del pintor Romano Stefanelli.
A lo largo de los años, su obra la ha llevado a lugares tan diversos como Estados Unidos, Jamaica, Israel, India y, finalmente, Uruguay, donde ahora reside. En cada país fue puliendo su manera de abordar el color, la forma y la técnica. Su arte se centra con frecuencia en la figura humana—frecuentemente al desnudo—para capturar emociones efímeras, ternura, fuerza y la conexión profunda entre las personas.
Una conversación con Eva Claessens
- ¿Qué te impulsó a dedicarte al arte desde tan temprana edad?
— Cuando tenía alrededor de cuatro o cinco años, decidí: “¡Voy a pintar!”—igual que los niños que sueñan con ser astronautas o bailarines. Nunca contemplé un plan B. A los once, fui con mis padres al Museo Vasarely en la Provenza (Francia), y esa experiencia me hizo darme cuenta de que “sí, esto es posible.”
Mis padres preferían que obtuviera un diploma primero, pero yo estaba decidida a seguir mi vocación. Unos días después de terminar mis exámenes finales, partí hacia Italia, donde trabajé durante un año como modelo en el estudio de un pintor. Allí aprendí italiano, estudié en una academia de arte en Perugia y jamás volví la vista atrás.
- Has vivido y trabajado en Bélgica, Italia, Francia y ahora Uruguay—entre otros lugares. ¿Cómo han influido estos entornos en tu visión artística?
— Más que influir en el color o el estilo, mi recorrido por distintos países está relacionado con mi búsqueda personal de libertad. Intento ser plenamente yo misma, tanto en mi vida como en mi arte. Vivir en contextos distintos me ha ayudado en esa búsqueda: no es que adopte la tradición local, sino que encuentro espacios—generalmente rodeada de naturaleza—donde puedo explorar y crear con total autenticidad.
- Dicen que tu obra atrapa emociones fugaces y sensaciones cotidianas. ¿Cómo las traduces en pintura y escultura?
— Busco el instante de conexión pura, como una conversación profunda con un amigo o la emoción que se siente al contemplar algo hermoso en la naturaleza. Suelo esbozar a mis modelos con unas cuantas líneas para plasmar esa chispa emocional. Después paso esas líneas a un lienzo grande o las transformo en esculturas tridimensionales. La esencia es el momento: la vulnerabilidad, la ternura, el “ahora.”
- La naturaleza parece desempeñar un papel muy importante en tu vida y en tu proceso creativo. ¿Podrías hablarnos de ello?
— Para mí, la naturaleza es fundamental. No necesariamente como tema directo (aunque a veces pinto flores), sino como entorno vital. Me cuesta desenvolverme en grandes ciudades; el ruido y la multitud me sobreestimulan. En la naturaleza puedo sentir, observar y permanecer en silencio. Esa calma nutre mi trabajo, porque me mantiene conectada con mis propias emociones.
- Mencionas que siempre pintas a partir de modelos vivos, no de fotografías. ¿En qué medida enriquece eso la autenticidad de tu obra?
— Pintar directamente del modelo me ayuda a salir de mi propia cabeza. Observo las líneas y formas del cuerpo, sobre todo las manos y los pies, que encuentro muy expresivos. Para mí, unas manos cuentan mucho más que un rostro cuidadosamente presentado. Esa interacción y energía en tiempo real le dan vitalidad a mis pinturas y esculturas.
- Utilizas distintas técnicas—acrílicos, mármol, bronce, grabado. ¿Cómo eliges el medio que mejor transmite lo que sientes?
— Nunca lo planeo de forma rígida. Comienzo con un boceto a lápiz y luego lo paso al lienzo, donde evoluciona. A veces añado color; otras veces lo dejo en blanco y juego con texturas o con un retazo de tela que encuentro. En escultura, parto de bocetos en arcilla y posteriormente los reproduzco en mármol, bronce u otros materiales. Es un proceso fluido, más intuitivo que intelectual.
- Muchas personas describen tus obras como “inacabadas.” ¿Por qué prefieres dejarlas así de abiertas?
— Prefiero pensar que capturan un momento en movimiento. Si diera cada trazo por “terminado” o lo encerrara en un marco, sería demasiado estático. La vida nunca se detiene; en un segundo, todo cambia. Así que dejo espacio para que la obra continúe mutando en la mirada de cada espectador.
- El viaje también parece ser esencial en tu proceso creativo. ¿Cómo influye en tu arte?
— Mis “viajes” suelen ser estancias prolongadas de meses o incluso un año, o recorridos largos por carreteras rurales y pueblos pequeños. Esa soledad en medio de la naturaleza me permite reflexionar y vaciar mi mente de distracciones. No es turismo, sino una forma de reencontrarme con mi creatividad.
- En exhibiciones como “She Said Yes,” tu trabajo dialoga con otras disciplinas artísticas. ¿Cómo afectan esas colaboraciones a tu perspectiva como artista?
— No colaboro con frecuencia, pero cuando lo hago—por ejemplo, con una gran amiga—es algo muy enriquecedor. Organizamos exposiciones donde se fusionan música, danza y poesía junto a nuestras obras plásticas. Esto me impulsa a salir de mi zona de confort y a ofrecer al público una experiencia más amplia y multisensorial.
- ¿Cómo crees que el arte contemporáneo afronta experiencias personales y universales, y dónde se ubica tu obra en ese panorama?
— Sinceramente, vivo un poco al margen del circuito artístico tradicional; no frecuento grandes galerías ni persigo tendencias. Creo lo que siento y confío en que quienes se conecten con ello lo harán desde la emoción. A menudo, los coleccionistas adquieren mis obras sin haberlas visto en persona, porque les transmiten algo. El arte es un idioma: o te habla o no. Agradezco mucho que haya gente que sienta lo que quiero expresar.
- La figura humana es protagonista en tu arte. ¿Qué representa para ti ese enfoque?
— Es mi lenguaje, la forma en que comunico mis emociones. Soy muy física; hablo con las manos, toco la fruta antes de comprarla, pongo mi mano sobre el brazo de un amigo. Esa conexión corporal se traduce de forma natural en mis pinturas y esculturas. Para mí, manos y pies dicen más que un rostro, porque un rostro puede enmascararse, pero las manos y los pies casi nunca mienten.
- ¿Qué podemos esperar de tus próximos proyectos? ¿Tienes nuevos temas o técnicas que te entusiasmen?
— Me interesan especialmente los nuevos materiales y tecnologías en escultura. Por ejemplo, el escaneo 3D me permite reproducir en mármol cada huella que mis dedos dejan en la arcilla. Me fascina esa unión entre la artesanía tradicional y las herramientas modernas. En pintura mi evolución es más orgánica; sigo lo que siento en cada etapa de mi vida.
En cuanto a exposiciones, tengo varias importantes en marcha: una en Portugal de octubre a noviembre (2025), luego un proyecto en el MACA de Uruguay desde diciembre hasta febrero, seguido de São Paulo en marzo-abril, y finalmente Château La Coste en Francia en el otoño de 2026. Cada muestra explorará facetas nuevas de mi búsqueda artística con la figura humana.
- Para terminar, ¿cómo defines el éxito como artista y qué legado te gustaría dejar?
— Para mí, el éxito es la libertad: libertad para crear desde la honestidad y llevar mi vida a mi manera. También implica saber que lo que hago conmueve a los demás. Me llena de alegría cuando alguien escoge mi arte—sea por un encargo o porque le ha despertado esperanza u otra emoción intensa. Si mi legado es haber aportado un momento de conexión y belleza a la vida de alguien, ese es mi mayor premio.
Conclusión
El arte de Eva Claessens simboliza una convicción inquebrantable, sinceridad emocional y la búsqueda constante de libertad personal. Su preferencia por trabajar con modelos en vivo y la fluidez de su enfoque subrayan la idea de que tanto el arte como la vida son diálogos en permanente transformación, nunca un destino final.
Sus próximas exposiciones internacionales amplían este diálogo, incorporando nuevos materiales, elementos performáticos y colaboraciones que enriquecen su propuesta. Mientras Eva sigue investigando las múltiples posibilidades de la forma humana, hay algo que se mantiene invariable: su creación nace de un profundo respeto por la naturaleza, de la creencia en la potencia de la emoción y de la incesante exploración de la creatividad.
Próximas exposiciones
La agenda de Eva está llena de eventos relevantes en tres continentes. ¡Toma nota!
- Octubre–noviembre de 2025: Exposición individual en Portugal
- Diciembre de 2025–febrero de 2026: Exposición en el Museo MACA (Uruguay)
- Marzo–abril de 2026: Exposición en São Paulo, Brasil
- Septiembre–octubre–noviembre de 2026: Château La Coste, Francia
Estas exhibiciones ofrecerán una visión más profunda de la continua conversación de Eva con la figura humana, la naturaleza y la emoción.
Por Nana Japaridze
Desde su apacible jardín en Uruguay, la artista belga Eva Claessens continúa una búsqueda artística que comenzó en su infancia. Reconocida internacionalmente por sus pinturas, esculturas y obras de técnica mixta, explora en cada pieza la delicada armonía entre la fuerza y la vulnerabilidad del cuerpo humano. A continuación, presentamos una versión editada de una conversación con Eva sobre su trayectoria, sus fuentes de inspiración y su visión creativa.
Breve biografía
Eva Claessens (nacida en 1971 en Bélgica) desarrolló desde muy pequeña la firme convicción de que su camino era el arte. Aunque sus padres le sugirieron que primero obtuviera un diploma, ella se mantuvo fiel a su pasión por la pintura. A los 18 años se mudó a Italia para estudiar en la Academia dell’Arte de Perugia y trabajar en el estudio del pintor Romano Stefanelli.
A lo largo de los años, su obra la ha llevado a lugares tan diversos como Estados Unidos, Jamaica, Israel, India y, finalmente, Uruguay, donde ahora reside. En cada país fue puliendo su manera de abordar el color, la forma y la técnica. Su arte se centra con frecuencia en la figura humana—frecuentemente al desnudo—para capturar emociones efímeras, ternura, fuerza y la conexión profunda entre las personas.
Una conversación con Eva Claessens
- ¿Qué te impulsó a dedicarte al arte desde tan temprana edad?
— Cuando tenía alrededor de cuatro o cinco años, decidí: “¡Voy a pintar!”—igual que los niños que sueñan con ser astronautas o bailarines. Nunca contemplé un plan B. A los once, fui con mis padres al Museo Vasarely en la Provenza (Francia), y esa experiencia me hizo darme cuenta de que “sí, esto es posible.”
Mis padres preferían que obtuviera un diploma primero, pero yo estaba decidida a seguir mi vocación. Unos días después de terminar mis exámenes finales, partí hacia Italia, donde trabajé durante un año como modelo en el estudio de un pintor. Allí aprendí italiano, estudié en una academia de arte en Perugia y jamás volví la vista atrás.
- Has vivido y trabajado en Bélgica, Italia, Francia y ahora Uruguay—entre otros lugares. ¿Cómo han influido estos entornos en tu visión artística?
— Más que influir en el color o el estilo, mi recorrido por distintos países está relacionado con mi búsqueda personal de libertad. Intento ser plenamente yo misma, tanto en mi vida como en mi arte. Vivir en contextos distintos me ha ayudado en esa búsqueda: no es que adopte la tradición local, sino que encuentro espacios—generalmente rodeada de naturaleza—donde puedo explorar y crear con total autenticidad.
- Dicen que tu obra atrapa emociones fugaces y sensaciones cotidianas. ¿Cómo las traduces en pintura y escultura?
— Busco el instante de conexión pura, como una conversación profunda con un amigo o la emoción que se siente al contemplar algo hermoso en la naturaleza. Suelo esbozar a mis modelos con unas cuantas líneas para plasmar esa chispa emocional. Después paso esas líneas a un lienzo grande o las transformo en esculturas tridimensionales. La esencia es el momento: la vulnerabilidad, la ternura, el “ahora.”
- La naturaleza parece desempeñar un papel muy importante en tu vida y en tu proceso creativo. ¿Podrías hablarnos de ello?
— Para mí, la naturaleza es fundamental. No necesariamente como tema directo (aunque a veces pinto flores), sino como entorno vital. Me cuesta desenvolverme en grandes ciudades; el ruido y la multitud me sobreestimulan. En la naturaleza puedo sentir, observar y permanecer en silencio. Esa calma nutre mi trabajo, porque me mantiene conectada con mis propias emociones.
- Mencionas que siempre pintas a partir de modelos vivos, no de fotografías. ¿En qué medida enriquece eso la autenticidad de tu obra?
— Pintar directamente del modelo me ayuda a salir de mi propia cabeza. Observo las líneas y formas del cuerpo, sobre todo las manos y los pies, que encuentro muy expresivos. Para mí, unas manos cuentan mucho más que un rostro cuidadosamente presentado. Esa interacción y energía en tiempo real le dan vitalidad a mis pinturas y esculturas.
- Utilizas distintas técnicas—acrílicos, mármol, bronce, grabado. ¿Cómo eliges el medio que mejor transmite lo que sientes?
— Nunca lo planeo de forma rígida. Comienzo con un boceto a lápiz y luego lo paso al lienzo, donde evoluciona. A veces añado color; otras veces lo dejo en blanco y juego con texturas o con un retazo de tela que encuentro. En escultura, parto de bocetos en arcilla y posteriormente los reproduzco en mármol, bronce u otros materiales. Es un proceso fluido, más intuitivo que intelectual.
- Muchas personas describen tus obras como “inacabadas.” ¿Por qué prefieres dejarlas así de abiertas?
— Prefiero pensar que capturan un momento en movimiento. Si diera cada trazo por “terminado” o lo encerrara en un marco, sería demasiado estático. La vida nunca se detiene; en un segundo, todo cambia. Así que dejo espacio para que la obra continúe mutando en la mirada de cada espectador.
- El viaje también parece ser esencial en tu proceso creativo. ¿Cómo influye en tu arte?
— Mis “viajes” suelen ser estancias prolongadas de meses o incluso un año, o recorridos largos por carreteras rurales y pueblos pequeños. Esa soledad en medio de la naturaleza me permite reflexionar y vaciar mi mente de distracciones. No es turismo, sino una forma de reencontrarme con mi creatividad.
- En exhibiciones como “She Said Yes,” tu trabajo dialoga con otras disciplinas artísticas. ¿Cómo afectan esas colaboraciones a tu perspectiva como artista?
— No colaboro con frecuencia, pero cuando lo hago—por ejemplo, con una gran amiga—es algo muy enriquecedor. Organizamos exposiciones donde se fusionan música, danza y poesía junto a nuestras obras plásticas. Esto me impulsa a salir de mi zona de confort y a ofrecer al público una experiencia más amplia y multisensorial.
- ¿Cómo crees que el arte contemporáneo afronta experiencias personales y universales, y dónde se ubica tu obra en ese panorama?
— Sinceramente, vivo un poco al margen del circuito artístico tradicional; no frecuento grandes galerías ni persigo tendencias. Creo lo que siento y confío en que quienes se conecten con ello lo harán desde la emoción. A menudo, los coleccionistas adquieren mis obras sin haberlas visto en persona, porque les transmiten algo. El arte es un idioma: o te habla o no. Agradezco mucho que haya gente que sienta lo que quiero expresar.
- La figura humana es protagonista en tu arte. ¿Qué representa para ti ese enfoque?
— Es mi lenguaje, la forma en que comunico mis emociones. Soy muy física; hablo con las manos, toco la fruta antes de comprarla, pongo mi mano sobre el brazo de un amigo. Esa conexión corporal se traduce de forma natural en mis pinturas y esculturas. Para mí, manos y pies dicen más que un rostro, porque un rostro puede enmascararse, pero las manos y los pies casi nunca mienten.
- ¿Qué podemos esperar de tus próximos proyectos? ¿Tienes nuevos temas o técnicas que te entusiasmen?
— Me interesan especialmente los nuevos materiales y tecnologías en escultura. Por ejemplo, el escaneo 3D me permite reproducir en mármol cada huella que mis dedos dejan en la arcilla. Me fascina esa unión entre la artesanía tradicional y las herramientas modernas. En pintura mi evolución es más orgánica; sigo lo que siento en cada etapa de mi vida.
En cuanto a exposiciones, tengo varias importantes en marcha: una en Portugal de octubre a noviembre (2025), luego un proyecto en el MACA de Uruguay desde diciembre hasta febrero, seguido de São Paulo en marzo-abril, y finalmente Château La Coste en Francia en el otoño de 2026. Cada muestra explorará facetas nuevas de mi búsqueda artística con la figura humana.
- Para terminar, ¿cómo defines el éxito como artista y qué legado te gustaría dejar?
— Para mí, el éxito es la libertad: libertad para crear desde la honestidad y llevar mi vida a mi manera. También implica saber que lo que hago conmueve a los demás. Me llena de alegría cuando alguien escoge mi arte—sea por un encargo o porque le ha despertado esperanza u otra emoción intensa. Si mi legado es haber aportado un momento de conexión y belleza a la vida de alguien, ese es mi mayor premio.
Conclusión
El arte de Eva Claessens simboliza una convicción inquebrantable, sinceridad emocional y la búsqueda constante de libertad personal. Su preferencia por trabajar con modelos en vivo y la fluidez de su enfoque subrayan la idea de que tanto el arte como la vida son diálogos en permanente transformación, nunca un destino final.
Sus próximas exposiciones internacionales amplían este diálogo, incorporando nuevos materiales, elementos performáticos y colaboraciones que enriquecen su propuesta. Mientras Eva sigue investigando las múltiples posibilidades de la forma humana, hay algo que se mantiene invariable: su creación nace de un profundo respeto por la naturaleza, de la creencia en la potencia de la emoción y de la incesante exploración de la creatividad.
Próximas exposiciones
La agenda de Eva está llena de eventos relevantes en tres continentes. ¡Toma nota!
- Octubre–noviembre de 2025: Exposición individual en Portugal
- Diciembre de 2025–febrero de 2026: Exposición en el Museo MACA (Uruguay)
- Marzo–abril de 2026: Exposición en São Paulo, Brasil
- Septiembre–octubre–noviembre de 2026: Château La Coste, Francia
Estas exhibiciones ofrecerán una visión más profunda de la continua conversación de Eva con la figura humana, la naturaleza y la emoción.